Otto Dix fue un artista alemán que vivió las dos Guerras Mundiales en su propia piel, lo que le obligó a mostrar con sus armas el Arte, lo que la sociedad burguesa alemana, influenciada por el régimen nazi, quiso ocultar.
Su trabajo está influenciado por artistas que se sirvieron del sufrimiento y horror para realizar su trabajo; llegando a influenciarse por crucifixiones de Cristo. En sus pinturas no refleja tan solo el estado físico de los sujetos, también el anímico
Tras la Primera Guerra Mundial se implicó en el momento que le tocó vivir en el que la política era un elemento importante para entender la sociedad. En Dix confluye el compromiso político con la creatividad. Al estallar la II Guerra Mundial, Dix, es obligado a combatir y cae prisionero en Francia. Lo que ve en esta guerra se suma a los horrores ya conocidos de la anterior, mostrando en sus pinturas la devastación y el apocalipsis que se desata cuando el ser humano se empeña en sacarse las entrañas en el campo de batalla.
En 1938 fue detenido cuando la Gestapo, tras un atentado fallido a Hitler, aprovechó para detener a personas “non gratas” del régimen. Su trabajo es catalogado como Arte degenerado por el “sabotaje al espíritu militar de las fuerzas armadas”. De esta forma, sus obras fueros arrinconadas y quemadas.

En este grabado, llamado Tropas avanzando con máscaras de gas (1924) se muestra el avance de militares con máscaras de gas y manos como garras. La expresión de la obra nos transporta a la angustia y horror de la guerra.
Hemos decidido incluir a este artista dentro de la exposición, más que por su actitud en contra del régimen nazi, por la crítica a la política de la posguerra, por retratar el sufrimiento de la guerra y por la actitud documental de sus pinturas, con las que no se pudo quedar al margen del momento histórico. Además de la posible relación de las máscaras de gas con las futuras (ya durante el régimen de Hitler) de las cámaras de gas en la que murieron millones de judíos.
Las máscaras esconden las expresiones de los militares, por lo que solo se ve el horror que causa y no de su actitud hacia las atrocidades que realizan. Y de este modo, también hemos querido relacionar el cuadro con la exposición por la falta de responsabilidad de los milicianos en una guerra que siguen las directrices a favor de su patria, igual que soldados nazis, alienándoles de su responsabilidad personal a favor de una responsabilidad colectiva.
Su trabajo está influenciado por artistas que se sirvieron del sufrimiento y horror para realizar su trabajo; llegando a influenciarse por crucifixiones de Cristo. En sus pinturas no refleja tan solo el estado físico de los sujetos, también el anímico
Tras la Primera Guerra Mundial se implicó en el momento que le tocó vivir en el que la política era un elemento importante para entender la sociedad. En Dix confluye el compromiso político con la creatividad. Al estallar la II Guerra Mundial, Dix, es obligado a combatir y cae prisionero en Francia. Lo que ve en esta guerra se suma a los horrores ya conocidos de la anterior, mostrando en sus pinturas la devastación y el apocalipsis que se desata cuando el ser humano se empeña en sacarse las entrañas en el campo de batalla.
En 1938 fue detenido cuando la Gestapo, tras un atentado fallido a Hitler, aprovechó para detener a personas “non gratas” del régimen. Su trabajo es catalogado como Arte degenerado por el “sabotaje al espíritu militar de las fuerzas armadas”. De esta forma, sus obras fueros arrinconadas y quemadas.

En este grabado, llamado Tropas avanzando con máscaras de gas (1924) se muestra el avance de militares con máscaras de gas y manos como garras. La expresión de la obra nos transporta a la angustia y horror de la guerra.
Hemos decidido incluir a este artista dentro de la exposición, más que por su actitud en contra del régimen nazi, por la crítica a la política de la posguerra, por retratar el sufrimiento de la guerra y por la actitud documental de sus pinturas, con las que no se pudo quedar al margen del momento histórico. Además de la posible relación de las máscaras de gas con las futuras (ya durante el régimen de Hitler) de las cámaras de gas en la que murieron millones de judíos.
Las máscaras esconden las expresiones de los militares, por lo que solo se ve el horror que causa y no de su actitud hacia las atrocidades que realizan. Y de este modo, también hemos querido relacionar el cuadro con la exposición por la falta de responsabilidad de los milicianos en una guerra que siguen las directrices a favor de su patria, igual que soldados nazis, alienándoles de su responsabilidad personal a favor de una responsabilidad colectiva.
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