lunes, 18 de mayo de 2015

LA CINEASTA LENI RIEFENSTAHL

  
Elegimos las obras cinematográficas de Leni Riefenstahl (1902-2003) debido a que pocas personas reflejaron la estética e ideología nazis como ella. Sus memorias comienzan con una frase significativa: “Siempre anduve a la búsqueda de lo insólito, de lo maravilloso y de los misterios de la vida.” Su fama comenzó por ser la primera cineasta en usar el travelling (movimiento de la cámara con la escena) y con su creación La luz azul (1932), influyendo su estudio de la grandiosidad de las montañas en las construcciones arquitectónicas del Tercer Reich. Dirigió varias películas de un género muy característico de Alemania, los denominados filmes de montaña.
Ese mismo año recibió una proposición de un admirador un tanto peculiar, Hitler quería conocerla. Leni respetaba y seguía a Hitler pero no sus ideas racistas, a pesar de ello con el ascenso al poder de éste, aceptó dirigir dos documentales sobre el congreso del Partido Nazi, El triunfo de la fe (1933), financiado por el partido nazi y El triunfo de la voluntad (1936), que surgió con la vuelta a España de la cineasta alemana donde es nuevamente contratada para filmar una película sobre el desarrollo del congreso del Partido Nacionalsocialista en 1934 en Núremberg. Esta última fue premiada en el Festival de Cine de Venecia y en el festival de París. La mayoría de los proyectos de Leni glorificaban a Hitler y el movimiento nacional socialista.            



En 1936 rodó Olympia, sobre los Juegos Olímpicos celebrados ese año en Berlín. Consiguió tener bastantes trabajadores a sus órdenes, quiénes le ayudaron a experimentar métodos revolucionarios para la época. Mandó colocar ruedas bajo las cámaras para poder seguir la marcha de los atletas y cavar fosos en el estadio para así poder captar los saltos desde una buena perspectiva. Se valió del objetivo de más largo alcance con 600mm y una cámara subacuática, entre otros aparatos bastante complejos. Esta producción tuvo una enorme repercusión en el resto del mundo, pues consiguió el León de Oro en el Festival de Venecia.
Otros dos trabajos de Leni Riefenstahl, Los Festivales de las Naciones y El Festival de la Belleza (1938), presentaban también los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín y fomentaban el orgullo nacional por el éxito del régimen nazi en las Olimpiadas.

                                   

Cuando comenzó la guerra, la artista se fue a Polonia como corresponsal pero al ver las atrocidades del frente, pidió permiso para regresar a Berlín. Nunca volvió a filmar más escenas bélicas. Fue detenida por los americanos, puesta en libertad y detenida de nuevo por los franceses. Una vez en libertad, regresó a Alemania, donde fue recluida en un manicomio donde fue sometida a diferentes torturas como parte del proceso de desnazificación.

Otro de los directores alemanes ligados al régimen nazi fue  Fritz Hippler, perteneciente a la división de noticieros del Ministerio de Propaganda. Su primer éxito documental fue Campaña en Polonia (1940). También rodó Sieg im Westem (Victoria en el Oeste, 1941) y Der Ewige Jude (El eterno judío, 1940), un filme claramente antisemita. La carrera de Hippler terminó al ser hecho prisionero por el ejército británico.

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