lunes, 18 de mayo de 2015

FRANCISCO BOIX



Otro de los autores que aparece en este museo es Francisco Boix, fotógrafo que dio testimonio a los aliados de las barbaries cometidas por las SS tras ser un prisionero en el campo de concentración de Mauthausen.


         Francisco Boix fue uno de los 7.200 presos españoles que padeció los abusos y vejaciones durante casi 5 años en este campo de concentración.
Este personaje fue clave en la Historia de la humanidad, puesto que hizo constancia mediante sus fotografías del sometimiento y el dolor de las más de 200.000 almas allí encerradas.
Así pues, cabe decir que Boix no tiene obras de arte como tal. Su trabajo consiste en unas obras documentales en las que la información baila con el arte. Nos encontramos ante el mismo dilema que Jorge Ribalta trató en la exposición Aún n: sobre la reinvención del documental y crítica a la modernidad  antes estudiada. Por ello, creemos conveniente conocer su biografía y el contexto en el que desarrolló su trabajo, ya que sus fotografías alimentaron de información objetiva la historia del nazismo; nosotros ahora nos apropiamos de ellas para brindarlas de un nuevo significado.

         Francisco Boix nació en 1920 en Barcelona, de familia republicana y catalanista que despertó en él tempranamente un gran interés hacia la fotografía.
         Obviaremos su infancia y juventud para centrarnos en la clave de su trabajo. La pregunta pues sería: ¿cómo llegó al campo de concentración de Mauthausen?
         Todo comenzó en 1939 cuando las tropas de Franco tomaron Barcelona. Esto hizo que muchos republicanos, y entre otros nuestro protagonista, se exiliaran a Francia.
         Por desgracia, pocos meses de haberse asentado Boix en su nuevo hogar, estalló la Guerra entre Francia y Alemania. Los franceses, escasos de ejército, reclutaron un gran número de exiliados, lo cuál incluía a Boix. Sin embargo en 1940 la Wehrmacht se abalanzaría sobre las líneas de defensa francesas por sorpresa, capturando a miles de presos sin piedad alguna.
         1506 republicanos fueron enviados al campo de concentración de Mauthausen.
         Ahora bien, Boix tuvo la “suerte” de ocupar un puesto privilegiado; comenzó a trabajar en una oficina encargada de realizar las llamadas fotografías de identificación. Así se dejaría constancia gráfica de cualquier suceso e inmortalizaría la vida y muerte en el campo.

         En 1943 sin embargo, la Wehrmacht fue derrotada en Stalingrado. Temiendo que los aliados llegasen a Austria, los altos mandos decidieron esconder y destruir todas las instantáneas comprometedoras que desvelaban las bestialidades que se habían cometido.  
         Así es como Boix en 1945 comenzó a guardar los negativos de las imágenes más polémicas en viejas chimeneas o bajo los barracones, las cuales serían utilizadas para arremeter posteriormente contra el sistema nazi.

         El 5 de mayo de ese año, el ejército estadounidense liberó a los presos de este campo. Boix ya poseía aproximadamente 2.000 negativos. Así es cómo utilizaría muchos de ellos en los juicios de Núremberg y Dachau en 1946, enjuiciando y castigando a varios guardias de las SS y creando historia a la par: nadie podía negar que el holocausto había sido real.
Cabe decir cómo Benito Bermejo con su libro El fotógrafo del horror dio a conocer las vivencias de este exprisionero, llevando a cabo una investigación de lo más minuciosa y que, gracias a él, conocemos al detalle la experiencia de Boix en este campo de concentración.

         Boix falleció 5 años después de la liberación de Mauthausen a los 31 años debido a las secuelas de salud que le dejó este campo.


         El género del documental por lo tanto trataría de mostrar un conflicto tal como es, acercándose notoriamente a la objetividad. Es la forma más realista de representar la realidad, lo cuál hemos empleado para crear contraste entre las obras pictóricas también analizadas.

         Nosotros como comisarios recogemos la obra documental de Boix para denunciar y criticar las atrocidades y crueldades que se llevaron a cabo en estos campos de concentración. También queremos hacer constancia del mérito de este fotógrafo al atreverse con valentía a esconder dichos negativos para luego utilizarlos en contra de este sistema. Francisco Boix sin ninguna duda ha dejado una marca imborrable en la Segunda Guerra Mundial.




IzquierdaEn los últimos meses de la guerra llegaron a Mauthausen convoys de otros campos, evacuados delante de la avanzada aliada. Muchos de ellos murieron antes de la liberación del campo o las semanas posteriores. Derecha arriba | Sala de hospital militar americano en Gusen. Hallamos antiguos presos que aún mostraban evidentes secuelas de su paso por el campo.  Derecha abajo | Himmler, Ziereis y Kaltenbrunner en la pedrera Wienergraben. | Fotos: FRANCESC BOIX

Izquierda arriba | Personalidades del nazismo visitan el exterminio. Izquierda debajo| Prisioneros rusos recién entrados al campo, a diez grados bajo cero.  Derecha| Judío obligado a suicidarse por los SS | Fotos: PAUL RICKEN (suboficial de las SS) y FRANCESC BOIX.

Derecha | Un grupo de presos españoles arrastran una vagoneta de tierra en el campo de concentración nazi de Mauthausen. IzquierdaUn prisionero de Mauthausen muerto en una de las alambradas electrificadas del campo nazi

                 
Izquierda | Desinfección general el 21 de junio de 1941.  Derecha |  Escalera de la cantera de Mauthausen,  de 186 peldaños, donde se dejaron la vida cientos de prisioneros. 

     

 Fotografías  tomadas  el día de la liberación de Mauthausen . Arriba centrado y abajo izquierda | Un grupo de prisioneros derriban el símbolo nazi de la entrada del campo. Abajo derechase muestran cientos de  muertos en este campo de concentración. 

Francisco Boix, con una cámara de los nazis y un brazalete que le identifica como reportero de guerra español, poco después de la liberación de Mauthausen, el 5 de mayo de 1945. El fotógrafo comunista murió en 1951 en París,por las secuelas de su cautiverio.

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